EL PARTO EN LAS PERRAS
La gestación en la perra tiene una duración de unos dos meses (de 58 a 63 días).
El período de parto normal oscila entre doce - veinticuatro horas, y en algunos casos, principalmente si son primerizas, el tiempo se puede prolongar hasta treinta y seis horas. En la perra una semana antes del parto la temperatura corporal (medida en el recto) desciende un grado hasta situarse en 37,5-38ºC, y unas 24 horas antes del parto la temperatura baja a 37ºC o incluso menos sobre todo en razas pequeñas. Este es el signo más claro de un parto inminente. Además, en la última semana, también empiezan a tener leche, la vulva suele ponerse edematosa (como inflamada) y aparece una ligera descarga vaginal. Puede haber un cambio de comportamiento, búsqueda de sitios oscuros y apartados, inquietud y construcción del nido.
El parto en la hembra canina se divide en tres fases:
1. La primera corresponde a la apertura del cuello del útero que queda listo para la salida de los cachorros. Este proceso puede durar hasta veinticuatro horas. Hay contracciones uterinas, pero no suelen ser visibles. Durante este tiempo la hembra se comporta de forma anormal, anda en círculos con pasos lentos y sin descanso, se recuesta en el suelo, no quiere comer o beber (aunque algunas hembras muestran un gran apetito). La hembra tiembla, jadea y puede vomitar. La perra elige un sitio tranquilo y oscuro, y prepara su nido rompiendo trapos y materiales; es conveniente proporcionarle elementos para que pueda realizar ese trabajo, lo más usual es el papel de diario cortado en tiras. Durante este tiempo debe estar tranquila y no ser molestada.
2. La segunda fase es la de expulsión de los cachorros. Aparecen contracciones visibles con expulsión fetal aproximadamente en una hora. La hembra queda tumbada en posición sobre un lado, con la cara dirigida hacia su abdomen y comienzan las contracciones cada 2 ó 3 minutos. Hace esfuerzos empujando con fuerza hacia el extremo posterior de su cuerpo. Cuando comienza esta fase, la hembra debe permanecer tranquila y sola. La mayor parte de los propietarios, con toda su buena intención, en especial con la perra primeriza, vigilan de cerca a la hembra al permanecer contemplando su trabajo o hablando en las cercanías y esto puede retrasar el proceso natural.
Si después de media hora con contracciones visibles no aparece ningún cachorro es que puede haber problemas en el parto y riesgo de distocia, en ese momento hay que avisar al veterinario pues comenzará a producirse stress fetal (descenso de la frecuencia cardiaca de los cachorros. A mayor stress, mayor probabilidad de muerte fetal).
También observaremos si aparece una bolsa placentaria por la vagina y no termina de salir o si empieza a manchar por la vulva de color verdoso. Esto puede ser una indicación de que ha habido un desprendimiento de placenta y que ese cachorro está en riesgo. Se deben considerar como anormales los intervalos de descanso de más de 4 horas, o cuando no nace ningún cachorro tras haber tenido muchas contracciones.
3. La tercera fase es el mecanismo de esfuerzo que lleva consigo la salida de las placentas que salen más o menos inmediatamente después de cada cachorro por lo que se alterna con la etapa anterior.
La perra debe parir en su propio ambiente; si se lleva a un ambiente extraño la hembra no se calmará, los nacimientos se retrasarán y la camada entera puede perderse.
IMPORTANTE
El nacimiento de los cachorros es un proceso natural y solo se necesitará ayuda en algunas ocasiones. En algunas razas con características especiales como los bulldog puede ser necesario programar una cesárea para mejorar la supervivencia de los cachorros.
Ninguna hembra tiene la necesidad de ser madre para su desarrollo ni para su equilibrio. ¡¡¡¡¡¡Esto es una creencia antigua y equivocada.!!!!!
La gestación de una hembra debe ser un acto meditado y responsable. El nacimiento de camadas no deseadas favorece y aumenta el riesgo de abandonos.